En el mes de Noviembre 2018 vino Marcela Yukuna al Selvatorium para enseñarme técnicas de alfarería Yukuna. Marcela es una mujer con una historia inspiradora; nació en su territorio, el de los indígenas Yukunas en el río Miriti, Amazonas profundo de Colombia. A los 20 años cuando se caza con un hombre indígena Huitoto, abandona su territorio y va a vivir al pueblo de Leticia; el cual es algo así como un Nueva York del Amazonas Colombiano; la ciudad mas importante de la región, donde cohabitan personas de una multiplicidad de etnias del Amazonas. Luego de algunos años en Leticia, Marcela se va a vivir a Bogota donde se queda de manera permanente. Ya entrando a la cuarta decada, Marcela decide que para ella los conocimientos de las mujeres de su tribu son tan importantes que se propone aprender a hacer cerámica a la manera tradicional de los Yukunas. Vuelve a su pueblo en varias ocasiones por varios meses y aprende las técnicas. Adicionalmente, ayuda a las mujeres de su pueblo a vender su alfarería en Bogota y también reaprende y comprarte otros saberes; sirviendo como intermediaria entre su pueblo y los civilizados de Bogota.

La cerámica de los Yukuna es de muy alta calidad. Es muy delgada y perfecta en su factura. Todas las técnicas que utilizan son tradicionales y particulares de su región e impregnadas de significados. Las técnicas involucran el uso de ciertas plantas y árboles que solo existen en el Amazonas. Para los Yukuna, la cerámica es una actividad de mujeres y por ende el procedimiento que se utiliza esta adaptado para las mujeres; con esto quiero decir que hay mucho que se hace por intuición y medidas aproximativas, también la manera de quemar es fácilmente manejable para una mujer. Es una tradición hermosa que conozco demasiado poco para poder elaborar mas sobre el tema, aun así, quisiera compartir algunas de las fotos que me dejo Marcela de su ultimo viaje en el Rio Miriti.

En el Selvatorium, con Marcela aprendí primero que todo como hacer unos platos con una forma especial. Los Yukuna tienen platos para diferentes usos con formas particulares y se hacen mediante una serie de pasos específicos. Yo solo aprendí a hacer dos diseños de dos platos Yukuna. Siempre comenzábamos el trabajo con una base hecha utilizando el codo u la rodilla como molde y luego continuamos con la clásica técnica del rollo, la cual es la mas universal y antigua para hacer cerámica. En ocasiones, utilizábamos un doble cono hecho de fibras naturales que Marcela también había traído desde el Miriti!. Este objeto lo fabrican los hombres de su comunidad en muchos tamaños diferentes y sirven como moldes para trabajar las vasijas, tanto como mesas para cargar las vasijas ya repletas de comida o bebidas ya una vez que estas están terminadas. Es un objeto sagrado que representa el universo.

Durante nuestra jornada de aprendizaje, utilizamos la arcilla minada aquí de la montaña. En ese entonces todavía no tenia tan claro cuales arcillas me servían o no, había tenido muchos problemas con diferentes arcillas y me estaba costando mucho entender como determinar cual arcilla podía utilizarse y que tenia que agregarle o no. De hecho esto fue una de las razones que había invitado a Marcela a darme un taller, pensaba que ella me iba a poder enseñar esto. Pero, no fue así, al encontrarnos en otro territorio, no estaban las mismas condiciones del Amazonas; Marcela me contó que en su comunidad buscan una arcilla azul en un sitio donde la encuentran perfectamente limpia y le agregan una muy generosa cantidad de ceniza que sacan de la corteza de una árbol especifico (que no tenemos aquí). Nosotros caminamos mucho buscando arcillas y no encontramos ninguna mina donde la arcilla estuviera completamente limpia. Al parecer por aquí la arcilla siempre viene mezclada con arena y piedras y se hace inevitable tener que lavarla. (al parecer) Tampoco teníamos acceso a la famosa ceniza entonces trabamos con la arcilla que había disponible y la tarea de aprender a determinar cual arcilla servia me quedo para luego.

Marcela nos enseño a dejar una ofrenda a modo de pequeña olla de barro a la madre tierra cada vez que sacabamos arcilla.

Una vez terminados los platos se decoran con una arcilla que tenga un fuerte color. En este caso Marcela había traído dos arcillas con tonos rojos diferentes. Para terminar los platos, se pulen con piedras; esta técnica también es común en la cerámica primitiva del mundo entero; se llama bruñir la cerámica. Se tiene que esperar el momento propicio del secado para hacerlo y así lograr un brillo ideal. Aparte de embellecer las piezas, les da fuerza y sella los poros ayudando a volverlas impermeables.

Después de solo algunos días Marcela declaro que las piezas estaban listas para quemar. Esto me sorprendió mucho ya que en las clases anteriores de cerámica siempre me habían dicho que tenia que esperar mucho para poder quemar! Decían que las piezas tenían que estar completamente secas y que esto podía demorar por lo menos 2 semanas! Pero para las Yukunas hacer cerámica es un proceso que se comienza, se trabaja y se terminas de una sola vez. De hecho, según Marcela, ellas entre el momento que van a sacar el barro de la montañas hasta completar las piezas solo se demoran 4 a 7 días. Seguramante este método de trabajo tiene que ver con la forma de vida de ellas, donde no existen espacios dedicados que llaman “talleres” o lugares asignados para almacenar arcilla fresca o piezas crudas fáciles de romper. Hacer cerámica, no creo, que sea un labor permanente, sino una faena que se hace en determinado momento según la necesidad.

El proceso de quema en si fue una revelación para mi, porque es de lo mas sencillo que hay y de muy bajo consumo energético. Es una quema a fuego abierto donde hay tres horas dedicados al ahumar de las piezas y luego 40 minutos donde se queman las piezas . El ahumado, asumo, tiene que ver con la necesidad de calentar las piezas poco a poco para sacar la humedad, pero no entendí exactamente la razón del ahumado en si. Cuando las piezas están bien brillantes y sudadas por el ahumado, se prende el fuego a todo. En el momento que cada piezas llega a rojo, se tiene que sacar del fuego. Esto es, presumo, para no perder el brillo de bruñido que es sabido desaparece si la temperatura de la quema sube mas allá de los 800..

Cuando salen de la quema, las piezas no son impermeables. El procedimiento de bruñir las piezas no es suficiente, siempre es necesario un procedimiento adicional. Yo ya había aprendido a sellar piezas fabricadas de esta manera con cera de abeja, lo cual me había funcionado muy bien, pero los Yukunas tienen otro sistema que requiere un ahumado. Como las piezas son ahumadas y todas las partes expuestas se vuelven negras es necesario proteger las partes que no queremos que se vuelvan negras ; como por ejemplo el lindo borde pintado de rojo. La manera de proteger estas partes es con yuca rallada! Como este es bien pegajoso, sirve perfectamente para aislar las partes deseadas. Luego de esto se exprime el jugo de unas hojas especificas y se junta este jugo en la vasija, lo cual va a servir como sellantes cuando se combina con el calor y humo. Marcela conoce alrededor de siete plantas que sirven para esto del Amazonas, pero aquí en la Sierra solo pudo reconocer el achiote, entonces lo hicimos con la hoja del achiote. Luego de preparar las vasijas se ahumaron, también a fuego abierto y posteriormente se depositaron en agua para que la masa de yuca se suelte de manera paulatina . El resultado fueron uso platos hermosos con un negro muy brillante.

El aprendizaje con Marcela fue muy enriquecedor para mi en todo sentido y espero en el futuro poder organizar un taller liderada por ella para personas interesadas en aprender estas técnicas.